viernes, 8 de junio de 2012

Entrenador: Manuel Preciado Rebolledo

El cromo de hoy no es de la otra liga, es un cromo de esta liga, es una estrella, una estrella con mayúsculas. Queremos desde estas líneas homenajear a un gran técnico y a una gran persona: Manuel Preciado Rebolledo. Desgraciadamente, la llama de la vida se le apagó la madrugada del pasado jueves, mientras disfrutaba de unos días de vacaciones junto a su pareja. Una desgracia más para el hijo que deja, y para todos los seres queridos que le han acompañado en estos últimos años plagados de éxitos profesionales y malos tragos personales.

Preciado rebosaba carisma. Cuentan los que le conocían -he podido hablar con alguno de sus ex pupilos- que se ganaba rápido al vestuario, que empatizaba muy bien con el jugador. Por encima de sus no pocos conocimientos técnicos y tácticos, destacaba su capacidad para gestionar grupos humanos. Era un gran motivador. Sólo así podemos explicarnos el hecho de ser capaz de ascender de categoría a cuatro de los cinco equipos que entrenó. Cinco ascensos: tres a Segunda división B con Gimnástica de Torrelavega y Racing de Santander B, y 2 a Primera con Levante y Sporting de Gijón, más las tres permanencias en Primera con el Sporting, que también fueron hitos importantes.

Su recuerdo quedará inevitablemente ligado al Sporting de Gijón, donde se incorporó en la temporada 2006/2007 y ha llegado a ser el segundo entrenador que más encuentros ha dirigido al conjunto asturiano en toda su historia. En la memoria de todos los aficionados quedará el ascenso conseguido en la 2007/2008, que supuso la vuelta a la élite del Sporting tras más de una década en Segunda. Ha sido un entrenador que ha sabido respetar la historia y filosofía del club, cosa últimamente poco habitual, haciendo debutar a multitud de jugadores formados en la escuela de fútbol de Mareo. Con distinto resultado, sí, pero se confió en ellos, y con muchos de ellos se consiguió el ascenso. Los Pedro, Jorge, Omar, Luis Morán, Canella, José Ángel, Míchel, de Lucas...hoy sienten de corazón su marcha. Por supuesto, también, toda la gente que coincidió en algún momento con él en su vida deportiva y personal, y como no, todos los aficionados, de sus clubes y de otros, con los que Precidado supo conectar. Los gestos que se vieron en Gijón en las últimas horas, unidas a las quejas por su destitución el pasado mes de enero, son pruebas más que suficientes para creer que Preciado caló hondo allí donde estuvo.

Su manera de tratar al jugador, con confianza y cercanía, su ironía y su simpatía en las salas de prensa, su complicidad con la grada, sus declaraciones donde siempre decía lo que pensaba, su habitual 1-4-2-3-1 con once jugadores totalmente entregados e implicados en el campo, su humildad y respeto por sus compañeros y sus ganas de vivir y sobreponerse a cuantas trabas la vida ponía en su camino son algunas de las cosas que nos deja de herencia a todos los aficionados este "currante" del fútbol.

Te echaremos de menos Manuel, descansa en paz.

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